Importante Artículo: El MMS,
por Antonio Costa
http://afrontarelcancerjuntoalafamilia.ning.com/profile/antoniocostacorrea
El MMS - Master Mineral Solution
La historia de un remedio universal que ha sido prohibido antes de ser conocido
Antonio Costa
Hace unos dos años comenzó a circular ampliamente por internet la última panacea de la medicina alternativa: El MMS o Suplemento Mineral Milagroso. Solo se podía comprar en la red. No hay licencias ni permisos comerciales para venderlo en las tiendas o farmacias. Incluso su descubridor, Jim Humble escribió un par de libros en los que explicaba como se podía fabricar en casa. El nombre asusta a cualquier persona seria y saber que funciona a base de un derivado del cloro asusta todavía más. Pero sus defensores afirman que puede curar la malaria en pocas horas, y que también se puede utilizar para cualquier otra enfermedad, desde la Gripe A y el SIDA o el cáncer, pasando por el resto de las miles de dolencias que podemos padecer. Y además sin efectos secundarios. Algunos investigadores calculan que el MMS podría sustituir a más de 4.000 medicamentos farmacéuticos. Desde mediados de mayo del 2010 ha sido prohibida la venta y difusión del MMS en varios países del mundo incluida España.

El MMS consta de dos componentes muy abundantes y baratos -Clorito Sódico (NaClO2) y un ácido débil (ácido cítrico, vinagre, limón…) – que cuando se juntan producen un gas llamado Dióxido de Cloro (CLO2); para finalmente, después del proceso purificador, convertirse en agua (H2O) y sal común (Cloruro Sódico).
Este gas (CLO2) es el que genera el potente efecto desinfectante interior, que mata a todos los agentes patógenos anaeróbicos que se encuentran en el cuerpo; pero discriminando las células y bacterias sanas que tenemos. Y esto lo hace por el diferencial del PH corporal.
Nuestro organismo en estado sano tiene un PH general neutro de 7 a 7,5. Cuando estamos enfermos graves, nuestro PH puede bajar de 7. Es en ese medio ácido que proliferan todos los patógenos y sustancias tóxicas que nos enferman. Según sus defensores, el Dióxido de Cloro es selectivo en su inmenso poder destructor: solo acaba con los microorganismos por debajo de un PH de 7. De esta manera se preservan nuestras células sanas, el sistema inmunológico se potencia y finalmente la mayoría de las enfermedades de origen bacterial, parasitario o vírico desaparecen, según dicen sus defensores.
Pero cuando hablamos del cloro a todos nos viene a la cabeza la lejía (hipoclorito sódico -NaOCl * 5 H2O) o la sosa cáustica (hidróxido de sodio - NaOH), que son muy familiares en todos los hogares pero altamente tóxicos si se ingieren. Conviene aclarar que el MMS se parece tanto a la lejía como esta a la sal marina. El Clorito Sódico no es tóxico en su ingestión siempre que se lleve a cabo guiada por un terapeuta o al menos siguiendo los protocolos que Jim Humble y sus colaboradores han desarrollado. Según nos consta por la investigación realizada, no hay NINGUN CASO DE INTOXICACION GRAVE con MMS (hasta el 14 de mayo del 2010 en que apareció la denuncia) en todo el mundo, de los cientos de miles y posiblemente millones de personas que en los últimos diez años lo han probado. Sin embargo son decenas de miles los testimonios de curaciones o mejoras en la calidad de vida de enfermedades que hasta entonces se consideraban crónicas o incurables.
Los protocolos de acción terapéutica del MMS
El MMS, repetimos, parte de dos componentes (Clorito Sódico diluido en agua a un 28% y Acido Cítrico), que cuando se juntan en un recipiente producen el Dióxido de Cloro. Una vez mezclados en unas proporciones muy pequeñas (empezando con una gota de cada componente) y tras esperar de 1 a 3 minutos, se le añade agua o zumo de manzana sin vitamina C (que debilita el efecto del MMS) y se ingiere. El gas (ClO2) resultante, que es altamente inestable e inflamable por oxidación en dosis grandes (en concentración a más del 10% en el aire), es la fuerza terapéutica que realiza los efectos del llamado MMS, una vez ha sido ingerido.

Cuando tomamos el MMS, el CLO2 liberado en el estómago navega por todo el cuerpo a través de la sangre, buscando selectivamente el terreno ácido donde reaccionar o explotar. Es por tanto una sustancia con un potencial oxidativo latente, que solo explota cuando encuentra el foco infeccioso o desequilibrado de un medio ácido. Con las bacterias actúa absorbiendo los electrones de la pared celular, operación que termina disolviendo las bacterias. A los virus los elimina por denaturación de los cápsides, impidiendo su reproducción. En cuanto a los parásitos y hongos patógenos, la poderosa oxidación que produce el MMS los elimina de una manera muy efectiva. De esta manera el MMS parece ser que ataca selectivamente solo a los agentes patógenos que son causa de la mayoría de las enfermedades (bacterias, virus, hongos y parásitos), quedando todas neutralizadas y eliminadas por las vías tradicionales de la piel, los riñones o el colon. Si el cuerpo está sano la persona notará ningún síntoma secundario, pero cuanto más enferma esté la persona, mayor será e
l efecto de estrés oxidativo de limpieza. Si se aumenta muy rápidamente la dosis del MMS en una persona enferma puede ocurrir el llamado “Efecto Herxheimer”; que implica diarrea, vómitos, nauseas… provocados por una cantidad excesiva de toxinas que el cuerpo quiere eliminar. Son malestares de sanación, que se pasan al cabo de pocas horas y es conveniente bajar la dosis del MMS para las próximas tomas.
Se dice que el Dióxido de Cloro permanece en el cuerpo un máximo de 12 horas, pero que su máximo efecto surge en las primeras 4 horas. Por eso en los protocolos del MMS se utiliza una o dos tomas diarias, empezando por una o dos gotas que cada día aumentan hasta un máximo de 15, para personas que no estén muy enfermas. Para dolencias muy graves se toman 2 o 4 gotas cada 1 o 2 horas; para mantener la potencia de oxidación muy alta todo el tiempo. En la malaria, por ejemplo, son necesarias 15 gotas en dos tomas separadas por 4 horas para que remita casi en un 100% de los casos en menos de 24 horas.
El asunto de la dosificación del MMS es complejo y variable, en función de las personas y sus dolencias. Las investigaciones realizadas en los últimos años con el MMS en todo el mundo, han generado una serie de protocolos, en función de las enfermedades a tratar, para que la cantidad y periodicidad del tratamiento se encargue de erradicar la dolencia concreta que el enfermo padece. En los protocolos generales se hace una o dos tomas diarias (mañana y noche), espaciadas al menos una hora antes y después de cada comida. Se empieza por una gota y cada día se va aumentando hasta llegar al máximo que es 1 gota por cada 6 kg. de masa corporal. Después se descansa varios días y se vuelve a hacer. Hay protocolos específicos para algunas enfermedades que es necesario tomar varias gotas cada 2 o 3 horas. La duración también depende de cada dolencia y de las recomendaciones del terapeuta.
Estas son las palabras del ingeniero Jim Humble, su descubridor, para explicar el mecanismo de acción terapéutica del MMS: “ Un ión de dióxido de cloro(ClO2) explota en un instante, cuando por ejemplo choca con un germen en el cuerpo. El dióxido de cloro es un hambriento ladrón de electrones, que le quita inmediatamente cinco electrones a cada virus o sustancia venenosa. Un robo tan grave como este (proceso de oxidación) no lo sobreviven las víctimas indeseadas y quedan destruidas. También la molécula de dióxido de cloro (queda destruida por la reacción química: El oxígeno (O2) liberado se une o bien con hidrógeno (2H2) para formar agua (2H2O) o bien con carbono (C) para formar dióxido de carbono (CO2). El ión neutral de cloro se une a sodio para dar lugar a sal común (NaCl).”

Jim Humble tuvo que emigrar de EEUU y marchar a Méjico, debido a las presiones que recibió por dedicarse a propagar su MMS. Publicó un par de libros por Internet de difusión gratuita, donde cuenta su experiencia e incluso enseña como fabricar el MMS en la cocina. Gracias a internet se ha encontrado con muchos amigos y colaboradores en todo el mundo, que le han ayudado a difundir su descubrimiento. Actualmente, a sus 80 años, viaja por todas partes difundiendo sus hallazgos y pasa buena parte del año en África y Sudamérica intentando potenciar el MMS en donde más falta hace, para ayudar a erradicar la malaria, el sida y otras enfermedades infecciosas.