Los trasplantes fecales

4 de marzo de 2014 | 10:55 am | Etiquetas: 



Por años, las infecciones estomacales e intestinales han sido tratadas con antibióticos. Para ciertas infecciones, sin embargo, los únicos antibióticos disponibles son de efecto general, esto es, terminan por acabar tanto con las bacterias malas como las bacterias en las que depende el sistema digestivo para un funcionamiento normal. Si el tratamiento deja aunque sea una cantidad diminuta de bacterias malas, estas pueden multiplicarse y su población crecer hasta dominar (e incluso remplazar) a la flora intestinal normal. En un adulto saludable, elbalance bacterial regresa a la normalidad después de una infección. En un adulto afectado de tal manera por un tratamiento antibiótico, el sistema digestivo pierde la habilidad de regresar a este equilibrio.
La infección con una bacteria conocida como Clostridium difficile es un ejemplo claro de esto, en un adulto infectado con C. difficile, se presentan síntomas no sólo debilitantes sino potencialmente mortales, incluyendo diarrea constante que limita pacientes a necesitar una silla de ruedas. Del año 2000 al año 2005, se estima que el número de pacientes hospitalizados por una infección de C. difficile se duplicó de 134,000 a 291,000. En otro estudio, se estima que la tasa de muertes por infección de C. difficile durante el mismo tiempo brinco de 5.7 muertes por millón de habitantes a 23.7 muertes por millón de habitantes. Peor aún, la infección se ha vuelto progresivamente más difícil de tratar conantibióticos convencionales; una resistencia natural a los antibióticos ha crecido significativamente, y un porcentaje significativo de pacientes tratados con antibióticos sufren de una o incluso varias recurrencias.
La solución a este problema, sin embargo, ya es una realidad: el trasplante de materia fecal de un paciente saludable a un paciente con una infección intestinal. En este procedimiento, se toma una donación de materia fecal de un paciente saludable (usualmente un familiar del paciente afectado), y se inserta una dilución de esta materia directamente en el intestino del paciente afectado. Más de 300 trasplantes fecales han sido documentados para el tratamiento de C. difficile en diarios médicos, y más del 90% de estos pacientes se han recuperado de manera completa y permanente, usualmente dentro de un par de días. Colleen Kelly, de la Facultad Médica en la Universidad de Brown, dice “No existe ningún medicamento, para ninguna enfermedad, que llegue al 95%.”. Lawrence Brandt, profesor de medicina y cirugía en el Colegio Albert Einstein de Medicina, agrega “es seguro y barato.”
El Dr. Brandt ha utilizado el procedimiento desde el año 1999, pero hasta ahora lostrasplantes fecales permanecen una terapia practicada sólo por gastroenterólogos que trabajan para instituciones con la mente abierta para este tipo de terapias, que han podido sobrepasar la repulsión natural a un “trasplante fecal”. ¿pero el procedimiento es tan efectivo para su adopción general como materia casi de rutina?
La Administración de Farmacéuticos y Comida de los Estados Unidos, conocida popularmente como la FDA (por sus siglas en inglés), no tiene manera de clasificar la materia fecal. Existen pólizas y procedimientos únicos y diferentes para el tejido corporal (incluyendo órganos), la sangre, y los farmacéuticos. La materia fecal no entra en ninguna de estas categorías, y en su estado actual la FDA planea tratarla como lo haría un fármaco. El problema es que no es un fármaco, no existen métodos científicos, establecidos para su producción exacta, varía aún para el mismo individuo, y el procedimiento es tan simple que incluso existen casos de pacientes que se aplicaron a sí mismos el trasplante. Si se trata como fármaco, los médicos que administran la técnica necesitarían aplicar para obtener permiso investigacional de manera previa a su administración, este no es un proceso fácil. Para médicos científicos que buscan explorar posibles aplicaciones de la técnica para el tratamiento de enfermedades inflamatorias e incluso la obesidad, cualquier investigación se complicaría de manera tremenda por el proceso burocrático necesario, y limitaría el acceso de pacientes a los trasplantes fecales.
La solución sería, en este caso, tratar a la materia fecal como se trata de manera actual altejido corporal, o incluso crear una nueva categoría (como se hizo para los trasplantes sanguíneos) protegería a pacientes de cualquier imprevisto, aseguraría su acceso a la población general, y facilitaría la investigación de nuevas aplicaciones.